miércoles, 11 de julio de 2012

Soy mi propia religión, mi soberano, yo me enseño. Pretendo ser real y todavía soy un sueño. Soy mi propio enemigo y me importa la derrota .Tu mirada se me nota es mi cáscara y mi ropa. 

Yo soy aún no soy mío y aunque quiera ser mi dueño, envejezco y me hago grande y todavía no me tengo.


Soy mi dolor, soy mi condena, soy el veneno de mis venas, soy mi remedio, soy mi cura, la enfermedad es mi cordura. Tengo duras las pupilas, tengo corta la mirada, y si en el fondo hay algo bueno, lo imagino, no lo veo. Tengo celos, tengo envidia, tengo bronca y me lastimo. No piensen que soy humilde, yo solo me subestimo. Y aunque me parezca a todos y me confunda con la gente, soy como nadie, soy diferente, soy mi maestro, mi referente. 
Soy lo que siento, lo que me pasa, ese es mi templo, esa es mi casa. Soy, como nadie, soy diferente, yo soy mi dios, mi referente. 
Soy legal, clandestino, un cordero y un asesino. Munición sin escopeta, un caballo salvaje en una carreta. 

Soy leal, soy celosa, tengo códigos, como una mafiosa. Los dementes me acompañan, mis amigos no me extrañan. Soy temeraria, perseguida, mal pensada, retorcida. Estoy enferma de humanidad, bebiendo luz de la oscuridad. Como aun no soy consciente necesito de la gente. Por dentro soy vulnerable, por fuera auto suficiente. Soy la fuerza del vapor, una mezcla de agua y fuego, yo soy semilla de sol, un enviado del cielo. Me desvela descubrir el corazón tras tanto velo. Soy luz intermitente, soy pájaro que aún no vuelo.

Ahí en esa podredumbre, esta la fuerza de la flor, ahí donde la vida duele, curan los ojos del amor, ahí cambias la suerte, por el impulso de crear, ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiar. 


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